¡Ser feliz! A veces hago sonidos extraños y bailo sin razón aparente. Puede que muchos lo encuentren inusual, pero para mí, es simplemente una forma de expresar mi felicidad.
Las cosas simples de la vida: dormir y viajar. No hay nada mejor que combinar estas dos maravillas al subir a un avión. Sentarme, cerrar los ojos y despertar junto a mi familia en cualquier parte del mundo.
Disfruto la vida con intensidad. No importa tanto lo que hago, lo que realmente importa es que todo lo hago consciente de que cada día es un regalo irrepetible.
Las cosas simples de la vida: besar, abrazar, reír, últimamente cantar, un buen café, el vino, la cerveza fría, todos los perros del mundo, paisajes y atardeceres, la cálidas manos de mamá, los abrazos de papá y perderme del mundo por un instante sentado en mi moto.
Nuestra historia comenzó en la adolescencia, cuando nos conocimos por primera vez. Sin embargo, lo mágico ocurrió cuando nos reencontramos como adultos. Sin expectativas y otras perspectivas, descubrimos el deseo de construir una vida juntos, comprendimos que nuestro amor tenía un destino especial, y decidimos iniciar esta maravillosa aventura.
Nuestros caminos se cruzaron en momentos perfectos y lugares encantados, juntos creamos memorias llenas de amor.