¡Estamos enamorados!
Ahora vamos a bendecir nuestra relación a los pies de un hermoso altar natural
¿Cerveza o cocktel?
Tú decides, encuentra el jardín mágico, déjanos un lindo recuerdo y a disfrutar
¡Prepara los prohibidos!
Ya nos conocen, cuando el baile empieza no hay quien nos detenga
Cuando ya no tienes que perder, que loco que la vida siempre vuelve a sorprender. Así se fue la noche y llego la brisa, yo quiero refugiarme en tu sonrisa
Ya no importa cada noche que esperé, cada calle o laberinto que crucé. Porque el cielo ha conspirado en mi favor y en un segundo de rendirme te encontré
Después de trece años sin vernos, decidimos que era hora de reencontrarnos. Quito nos esperaba, y nosotros estábamos listos para rodarlo juntos, comenzamos la mañana entre risas y helados que se derretían del calor. Unas hamburguesas se convirtieron en la siguiente parada, llenas de historias y sabor. Los paisajes, majestuosos y vibrantes, nos acompañaron al ritmo del motor. Doce horas y cien kilómetros más tarde, cuando el sol se escondía y las luces de Guápulo comenzaban a brillar, supimos que la vida no volvería a sentirse igual.
Eran las 3 am cuando ella dijo: “¿Me acompañas al baño?” “¡Claro!”, respondí sin dudarlo. Después de unos minutos de espera, abrió la puerta y me sorprendió con el beso más robado de la historia (aunque ella lo niega con todas sus fuerzas). Según la versión oficial, en otra fiesta, un tipo trató de invitarme un trago (creo que le gustaban los chicos altos y guapos). En ese momento, Vane volvió a la mesa y vio cómo intentaban “bajarle el ganado”, así que decidió ponerle fin a la situación con un beso definitivo.
Agosto. Había guardado el anillo desde junio esperando el momento perfecto. Nos sentaron en una mesa simple, sin detalles como tenían las demás, era pantalla (obvio, no le gustó), le dije: “voy a baño”, en realidad fui a revisar que todo esté bien (demoré una eternidad), pasamos a una sala privada, y pensó: “¿será una sorpresa por mi cumpleaños?”. Minutos después, frente a la cálida chimenea, entre girasoles, velas y un lugar encantador la puse de espaldas a mí, me arrodillé con el corazón saliéndome del pecho, el fotógrafo dijo: “¡Tres!” Vane giró para posar, pero en lugar de eso, me encontró con el anillo en la mano, su mirada llena de amor y lágrimas me dio el sí más emocionante de la vida (nunca dijo “sí” en voz alta).
El compromiso marcó un capítulo inolvidable en nuestra historia de amor. ¡Aquí están algunas de las fotos que capturan la magia de esta gran noche.
Hombres con traje y corbata, y mujeres con vestido largo. La ceremonia será al aire libre, así que consideren el calzado adecuado.
Que los pequeños disfruten su tiempo libre en casa, mientras nosotros nos divertimos a lo grande. ¡Prepárense para una velada única!
El regalo no es obligatorio, tu presencia si. Pero si nos quieres mimar tenemos una solución simple y práctica que todos amarán.